21 octubre, 2009

Moon Glow (no agitar)


"Quiero que sepas que me está costando horrores. Nunca se me ha dado bien compaginar nada y en esta ocasión la dificultad es aún mayor. Ya sabes que siempre he sido un tío obsesivo y que tiendo a olvidarme del resto cuando me centro en algo. Perdóname por eso, por esto y por lo otro.

Quiero que sepas que no me he olvidado de ti ni por un instante. Que te he tenido presente. Que de cuando en cuando me muero por cruzar aunque sea dos palabras contigo como antes. No quiero perder eso y procuro luchar contra este pequeño corazón mío, para que no eche de sí a la gente que, como tú, me importa de verdad.

Quiero que sepas que es culpa mía. Bien es cierto que no me he comportado como el mejor de los amigos. Cuando ha hecho falta no he estado atento a hacer lo posible por ayudar, centrado como siempre en mis cosas. He sido irresponsable, infantil y puede que demasiado liviano de pensamiento. No he sabido dar la importancia debida a mis problemas ni a los tuyos. Te pido perdón por ello.

Quiero que sepas, por último, que, pese a todo, debes entender que mi obsesión no menguará ni un ápice, sino más bien aumentará cada día más de una manera exponencial. Y ello no me provoca sentimiento alguno de culpabilidad. Sé que me costará cada vez más y que, cómo no, volveré a cometer los mismos fallos y otros peores incluso. Por ello te pido paciencia conmigo, algo de fe y mucha ayuda por tu parte. No quiero hacer esto solo."

14 octubre, 2009

Café flambeado


Aunque fue hace ya años y mucho ha llovido desde entonces, nada me ha impedido seguir recordando ese momento con total y dolorosa nitidez. Esa clase instantáneas en que todo se te graba a fuego, hasta el más insignificante detalle de la pequeña habitación en la que te encuentras.

El niño pequeño, riendo entre el alboroto de sus compañeros, tiembla de emoción ante un cambio inesperado en su rutina escolar. Hoy por fin podrán volver a los laboratorios del colegio, donde todo huele a plástico y a sustancias misteriosas. Fusión y sublimación, la combustión, los efectos del calor, forman parte de la lección de aquella semana.

El profesor, vigilante, entrega el material a cada grupo de niños. De tres en tres los niños se miran entusiasmados toqueteando los instrumentos con sus pequeñas manos. Algunos objetos ya los conocen, pues los han usado en otras ocasiones, en cambio otros son totalmente nuevos.

Como ejemplo para la clase el profesor de Ciencias Naturales llama a uno de los chiquillos a su lado. Será su ayudante. En sus pequeñas manos, nervioso, el chaval sostiene unas pinzas largas y, entre ellas, un trocito de metal blanquecino de aspecto frágil. El profesor, sujetando con una de sus grandes manos de adulto las de la pequeña criatura, acerca una llama al pedazo metálico. Inmediatamente el calor que desprende el mechero incendia literalmente el trozo de metal, haciendo que éste relumbrara con fuerza durante breves instantes.

- Esto que veis es el magnesio - dijo el profesor, comprobando que todos sus niños se habían quedado extasiados mirando aquella luminosa demostración - Ahora le toca el turno al plomo.

El niño no puede contener la emoción y se imagina en uno de esos grandes laboratorios, como los que ve en las películas, inventando una máquina portentosa o un monstruo increíble.

El compañero de al lado sostiene las pinzas con dificultad. Parece que el instrumento resbala entre sus dedos, pero aún así lo mantiene recto, poniendo cara de esfuerzo. Entonces él, con la cara henchida, acerca, como hiciera su maestro hace pocos segundos, la llama al metal. El efecto no tarda en hacerse notar. El plomo enrojece con rapidez y se dobla sobre sí mismo. Una reacción interesante cuanto menos.

- Bien - dice el profesor levantando la voz para ser oído sobre el jolgorio de los niños - ya es suficiente, dejad todo sobre la mesa.

Pero él no hace caso. No quiere ver sólo como se derrite el plomo. Él quiere que arda como el magnesio, que brille como aquél. Acerca la llama y la mano con ella. El plomo, presa del calor, no puede con su alma y cede ante su propio peso. Una gota ardiente cae y va a parar al dedo del niño. El niño mira el dedo y mira aquella gota al rojo vivo que se extiende sobre él. Aún mantiene la cara de expectación durante breves segundos antes de tornarla en una mueca de dolor. De dolor intenso.

Después de años aún sigo teniendo miedo al fuego y a su mordisco. Ni con pinzas ni con guantes soy capaz de acercarme a una sartén hirviendo sin temblar de arriba a abajo. Quemarse duele y mucho. Deja marca. Un marca difícil de borrar. Duele incluso más pasado el tiempo, cuando la herida cicatriza, pero la quemazón va por dentro.

Pero aunque tengo un miedo atroz a las llamas (hay quien lo llamaría directamente fobia o pirofobia) no por eso dejo de acercarme al fuego cuando tengo frío, cuando me reúno con los míos alrededor de la hoguera y cuando mis hermanos necesitan llevarse algo caliente a la boca. Tengo miedo, pero intento no dejarme llevar por él. Lucho contra ello cuando me enfrento al calor de una llama como cuando voy a dar un salto de fe dejándome caer al vacío.

El secreto de los valientes tiene dos caras: o nunca mencionar los propios miedos o, si se hace, enfrentarse a ellos como si no se tuviera miedo alguno. El cobarde no es quien tiene miedo (pues entonces todos pecamos de cobardes), sino el que se deja llevar por ellos.

09 octubre, 2009

Long Island Iced Tea


El capitán del barco, saltando del camastro, se apresuró a salir a cubierta para recibir a aquella inesperada visita, llevándose por delante un par de toneles mientras se ponía las botas a la carrera. Mal afeitado, con cara de sueño atrasado, se cuadró junto al puente de estribor, nervioso. Su gente se extrañó de aquella actitud. ¿Qué le sucede hoy al capitán? Se preguntaban. Nunca le habían visto inclinarse ante un miembro de la realeza, ni temblar de ese modo al besar las manos de una mujer. Ellos callaron por no importunar, pero observaban con atención.

La visita de su Majestad se alargó hasta bien entrada la noche. El ruido de los chapines bajando el puente hacia el puerto fue acompañado de pronto por el rudo sonido de unas botas. Los chapines se giraron y se elevaron sobre sus puntas hasta la llegada del amanecer.

Pasaron los días y el puente de estribor comenzaba a acostumbrarse al peso de aquellos dos. Él, alargando su estancia en aquel puerto había comenzado a tener sus dudas después de semanas. La cuerda que ataba el navío a los maderos del muelle comenzaban a criar algas y los miembros de la tripulación empezaban a cansarse de estar en tierra firme, emborrachándose y cantando sus aventuras en alta mar.

El capitán había trepado aquella escalera de cuerdas más de una vez y observado en cada una todo aquello que se le ofrecía desde aquellas alturas. Se le prometía un reino y él se avergonzaba de sólo ofrecer su maltrecho barco en compensación. Las enseñanzas y promesas de la Hermandad de la Costa se quedaban cortas a la hora de decidirse y no le servía de consuelo el consejo de su gente. Era decisión suya. Y ésta superaba en peligro a muchos de los enfrentamientos que había tenido contra franceses o monstruos marinos.

Era hora de colgar las botas y limpiarse la sal.

03 octubre, 2009

Agua de flores, amapolas y pececillos dorados


Y entrar en tu vida saltándome las presentaciones. Quitándome el sobrero, los zapatos y la carcasa del corazón. Y no sólo saludar con un beso en la mejilla... no sé si me explico.

Durante las últimas dos semanas el corazón me ha dado treinta vueltas de campana y ocho pequeños (y no tan pequeños) intentos de infarto que me han hecho mirar hacia las nubes. He descubierto las debilidades y fortalezas de este pequeño cuerpo de hombre. Lo poco que tengo que ofrecer al mundo y lo mucho que éste me ofrece a cambio.

Me has hecho dudar hasta de la mismísima realidad, y no desde el hecho de que todo parezca en estos instantes difuso y parte de una extraña ensoñación, sino porque todo parece ahora tan real y palpable que me pregunto ¿dónde me encontraba yo antes de encontrarte a ti? El ensayo y el error (sobre todo el error) me han enseñado lecciones importantes, pero ninguna como el hecho de haberme topado con una vida que creía perdida y que luchaba por encontrar. He encontrado en ti el valor que me faltaba para enfrentarme al mundo, para tirar abajo todas esas murallas que antes me hacían temblar con su presencia. Ahora no es sólo un puño el que rompe los esquemas sino dos unidos que luchan por salir adelante, destrozando a todo el que se interponga.

Labios fríos, manos huérfanas y una escalera de helicóptero que espera colgando desde un balcón. Ten paciencia conmigo. Esto es sólo el principio.

El príncipe heredero vuelve a casa para reclamar su trono, su corona y su reina. ¡Larga vida al rey!

28 septiembre, 2009

Gotas de lluvia sobre la lengua


Darse por completo, descargando el corazón con cada roce. Saltar de alegría y encogerse de miedo. Luchar contra la propia conciencia, dándole por fin a entender quién es el que manda aquí.

En ocasiones las cosas de la vida vienen sin avisar y con apenas tiempo para estar preparados. Situaciones que (gracias a Dios) escapan a nuestros planes previstos y ante las cuales hoy me siento obligado a hacer una reverencia. El destino ha sabido darle más sabor si cabe a esta existencia vacía, haciendo que uno se cuestione los mismísimos límites de la vida.

Y como un niño pequeño me acerco, temeroso. Las cosas nuevas, como las viejas, conviene tratarlas con limpia inocencia. Las dudas acucian por ambos lados y requieren de un movimiento valiente hacia adelante. Para crecer, para mejorar, para avanzar y para llenar el corazón conviene a veces bajar un escalón y mirarse a los ojos de cerca.

P y J, libres ya de cualquier atadura, han hecho un trato: no más turnos. Ésta persona, antes medio-hombre, quiere hoy ser hombre completo. Cada parte aprenderá de la otra en lo que pueda. El príncipe de los mares quiere pisar tierra y conocer lo que pueden aportar los dos mundos, donde se mezclan el olor a mar y el olor a madera.

24 septiembre, 2009

¿Quién pidió un vodka negro con lima?


Pocas veces en la vida se te dan oportunidades tales que te sirvan de algún modo de empujón para avanzar. Oportunidades que te sacan de esa apatía vital en la que, en ocasiones, te encuentras inevitablemente sumido, y que no te deja levantar la cabeza ni ver el horizonte con claridad.

Y es la vida quien ofrece estos salvavidas, pero sólo nuestra es la opción de agarrarse y tirar del cable. No es posible crecer, hacerse más grande (que no mayor), si no hay una firme decisión por nuestra parte. Y yo pienso agarrar esta ocasión por los pelos, pues a la suerte (como a su madre) la pintan calva. No soltaré la cadena hasta verme en camino y con velocidad constante, aunque para ello deba vaciar mis bolsillos y mi corazón en el intento.

Y aunque esto pueda parecer una letanía motivadora, de nada sirve si con nosotros no llevamos nuestros propios pasajeros. Si crecemos, pero no hacemos crecer a los demás todos nuestro esfuerzos caerán en nada. Como si fuese un jardín, un árbol que se eleva demasiado deprisa sobre los demás ahoga con sus raíces a las plantas de alrededor. Y, como árboles, necesitamos crear un bosque en el que poder ser nosotros mismos.

Aquí el que no crece se hace más pequeño.

18 septiembre, 2009

Sólo tú me comprendes, Don Simón


Sucede que conozco a alguien y ese alguien, cada cierto tiempo, acostumbra a rehacer su vida empezando desde cero y tirando su pasado por la borda. Tal persona, en ocasiones, se pregunta el porqué de esa costumbre, que él toma por destino inevitable y fatal obra del hado. Rompe con todo lo pasado, haciéndolo estallar en pedazos que se le incrustan en la piel dejando gruesas cicatrices, sin importarle el dolor autoinfligido ni el daño que cause a su alrededor con la afilada metralla. Con la cara marcada y una maleta de esquirlas, marcha y huye corriendo hacia el horizonte.

Resulta que ese alguien, a quien conozco desde hace mucho, quiere marchar de nuevo, a un lugar no muy cercano. Ha conseguido un par de barras de dinamita que piensa hacer detonar bajo el retal de su vida presente. El destino ha vuelto para llevárselo lejos.

¿Quieres una? fue la pregunta y la mano extendida me ofrecía una carga explosiva.

Me encantan las explosiones.

12 septiembre, 2009

Ácido de batería


SUJETO DE PRUEBAS: P-4RP-4D33

Sexo: Varón. Raza: Caucásico. Complexión: A (carácter B). Altura: 177 cm. Peso aproximado: 53,5 kg. Edad física: 21, Edad mental: 31, Edad emocional: 16. Capacidad de aguante físico: 25-30% aprox., Capacidad de aguante anímico: 50%, Capacidad de aguante psíquico-emocional: 150%. Ritmo cardíaco: tipo P-3, Ondas cerebrales: tipo J-4.


El sujeto de pruebas presenta una complexión delgada y débil, aunque ha revelado una sorprendente capacidad para realizar las pruebas a las que le hemos sometido, así como una excelente disposición ante ellas, pese al constante peligro de muerte al que se le ha expuesto durante el estudio.

Durante las últimas 24 hrs. el sujeto P-4RP-4D33 ha soportado la carga de nuestros generadores holográficos sin pausa. Su vida, comprimida en formato mp4, se le ha sido presentada en dosis de 30 min. El resultado de la prueba nos ofrece resultados bastante dispares y completamente diferentes a la predicción oficial. Puede que se deba a un posible fallo técnico en nuestras instalaciones, aunque el técnico encargado insiste en lo improbable de tal conjetura. Seguiremos estudiando en problema durante los próximos días.

Las ondas cerebrales parecen no concordar con los datos de sus sistema nervioso. Presenta una arritmia grave en el corazón que no hemos podido corregir ni con los 124 puntos de descompensación. Aún así no parece haber problema de paro cardíaco.

Las pruebas físicas a las que será sometido el sujeto de pruebas se realizarán durante las próximas 48 horas. El estrés y el desgaste físico puede que nos den algo más de luz sobre los errores que hemos cometido en la primera puesta en práctica del proyecto.

Firmado.

J.P.L. Responsable del "Proyecto Arcángel"

07 septiembre, 2009

Abundante bebida isotónica de tipo... "Acuarius"


Llámalo presentimiento, llámalo intuición femenina, llámalo X, pero si este último año ha sido el mejor/peor de mi vida, creo que el que se nos avecina está aún más ávido de aventura, con la fuerza suficiente como para romper con los mitos e hitos del anterior, y dispuesto subir un poco más el listón, hasta una altura ya de por sí difícil de alcanzar.

La pregunta, si no se nos había planteado antes con suficiente claridad, se nos muestra ahora sobre pancartas y marcada en tinte colorado y violento: ¿Y ahora... qué?

No descarto que todo lo que venga a partir de ahora no sea de mi agrado. Bien sé que lo pasaré, tal vez, mejor/peor que en toda mi vida, pero uno está comenzando a pillarle el tranquillo a la vida. No es que sepa con exactitud y rigor científico lo que me depara el futuro, pero tengo la confianza suficiente como para dedicarle una sonrisa picarona al destino, un guiño de ojos y un "Sigue sorprendiéndome como sólo tú sabes". Pase lo que pase y le pese a quien le pese seguiré prefiriendo la sorpresa, jugando a sorprender al mundo como el devenir me ha enseñado a hacer.

Este hombre con miedo de ser demasiado niño viene con ganas de crecer. Ya no habrá más príncipes azules como los pintan las historias. No más briosos corceles blancos ni espadas de diamante. Adiós a los castillos de diamante, oro y niebla. Adiós a las coronas con halos de grandeza y santidad. El niño ha cogido sus cuentos de hadas, los ha tirado por el balcón, y dejando a su madre, padre y cinco hermanos se ha unido a la tripulación de un barco pirata.

El pequeño príncipe viste ahora ropas azul oscuro casi negro.

03 septiembre, 2009

El tequila se repite


Hace poco más de un año este blog se inició como un medio de expresión más o menos estable, un sitio donde descargar mi cabeza de ideas y donde poder compartir esas locuras que llamo pensamientos. Pronto se convirtió sin saber cómo en mi válvula de escape, como una excusa para explicarme de las maneras más extrañas. Luego en un sitio de encuentro con otras personas que comparten ese impulso por transmitir, gentes de todos los rincones, cada cual con sus peculiares rarezas y sus raras particularidades.

Ha pasado más de un año (¡y que año, madre mía!). Esperemos que uno siga muchos años más retorciendo palabras y rompiendo esquemas de color. Pocas cosas en la vida merecen la pena conservar. Y aunque con alguna excepción, no me arrepiento de ninguna de las palabras que he escrito entre botellas tras esta barra. Palabras cargadas con sabor a pólvora.

Tras unas inmerecidas vacaciones un servidor vuelve a las andadas. Habrá que recuperar de algún modo el tiempo perdido, digo yo. Los relojes no se paran por el simple hecho de que uno se duerma en los laureles (amapolas, margaritas, a gusto del personal).

Tras un pequeño y tortuoso viaje a través de lo que esconde esta dura osamenta uno ha vuelto más alto, más fuerte, más galán y más estúpido que nunca.

12 junio, 2009

Marinero de agua dulce


Tres golpes secos en la puerta del camarote y los tres siguientes obligaron al pirata a despertar de su amodorramiento. La luz del sol le quemaba la nuca, pero por no cambiar de postura no hizo ni abrir los ojos.

- ¿Quéee...? - espetó de manera quejumbrosa, limpiándose las babas con la mano.

La puerta se entreabrió lo justo como para que el aire salado del mar se colase e inundase todo con su fragancia.

- Mi capitán - sonó temerosa una voz juvenil al otro lado del dintel.

- ¿Qué quieres ahora? - gruñó el capitán.

- ¿Está seguro que el timonel P. es el hombre adecuado para llevar el barco?, no se yo si...

- ¡El timonel P. está perfectamente capacitado para el cargo! - con un crujido escalofriante el camastro se dobló bajo el peso del pirata que se incorporaba poco a poco hasta sentarse- La decisión está tomada y no la cambiaré ni aunque eso signifique que encallemos en alguna parte.

- Pero señor...

- ¡Y ahora lárgate si no quieres pasar otras dos semanas limpiando letrinas!

- Señor, el timonel P...

La botella que decoraba la mesilla acabó entonces estrellándose contra la puerta en un estallido de esquirlas. La puerta se cerró de golpe y el silencio tras los apurados pasos volvió a reinar sobre la habitación. El aroma del mar fue sustituido poco a poco por el hedor del alcohol y el olor del encerramiento.

- Parpadee está perfectamente capacitado para llevar el barco sin que yo tenga que intervenir... - farfulló para sí el capitán, mientras daba con su cara sobre la almohada.

Los trozos que quedaban de la botella refulgían desde el suelo, inclinándose con el bamboleo de las olas, reflejando de manera deformada la escena de la habitación.

05 junio, 2009

"... La bebida y el diablo hicieron el resto"


Calma chicha en alta mar acompañada desde hace mucho por el silencioso chapoteo de las olas lamiendo el casco de la nave. La bandera negra izada cuelga lánguida del palo y el capitán hace lo propio sobre su camastro con la luz del sol que se cuela por el ventanuco. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿cuánto llevaba tirado en aquel sitio sufriendo en silencio el tórrido calor del verano? Evitando pensar vuelve a girarse en busca de una postura más cómoda.

Hacía tiempo que había mandado alejarse mar adentro. Aquel puerto, ya perdido en el horizonte, seguía llamándole a asomarse cada tarde a la popa de la nave, apoyado sobre el cordelaje, esperando y desesperando por ver algún cambio en los vientos o en la curvatura del mar.

Aquel puerto había calado demasiado hondo en él. Él, pirata de nacimiento, náufrago por vocación, a punto estuvo de traicionar su sangre y de dejar el mar por aferrarse al primer puerto que relucía en la costa. Muy joven aún para dejarlo. No habría llenado ni dos páginas con sus travesías de no haber puesto mar de por medio, entre aquellos muelles y su barco.

Un pirata como él debe aprender, como todo lobo de mar, que la añoranza no está permitida en la Hermandad de la Costa. Raptar princesas, burlarse de los remilgados caballeros ingleses y llenar los bolsillos de doblones hasta reventar requieren ante todo ser capaz de dar la espalda. Capaz de girar el rostro y de poner pies en polvorosa. Si de un puerto nos despiden con el puño en alto, otros muchos habrán en los que se nos recibirá con los brazos abiertos. El pirata deja el nido tantas veces como victorias haya cosechado.

"Contamos con el día en que vivimos y nunca con el que habremos de vivir" (lema filibustero)

18 mayo, 2009

Un Lady Maria, si os place


Me muerdo el labio para no caer en la tentación (una vez más) de dedicarte un piropo poco acertado, para evitar tropezar y volver a empezar otra vez, para no echar por tierra ese muro de contención. Ahora que había logrado trazar una delgada línea entre ambos, temo ser yo quien vuelva a cruzarla de un salto. Temo ser tan estúpido como para decirte dos palabras de las que dependan por completo mi felicidad y mi vida. De soltarlas sin sentimiento alguno con un tono emocionalmente gélido.

Pero su majestad no tendrá que esperar mucho, no. Estoy reuniendo fuerzas, con ayuda de ellos, para poder juntar un "hasta" y un "nunca" en la misma frase. Poco tendrá que esperar, me da a mí en las narices. Espero sinceramente que usía no se sulfure si juego un poco con su corazón. Al fin y al cabo un servidor no quedará así en el olvido.

Ésta es tan sólo una enfermedad fingida con la que evitar un casamiento que me inoportuna. Un corazón de bronce y ébano, engrasado y pulido hasta la saciedad. Duro como el diamante, pero que funciona con la precisión de un reloj suizo. Con el tic-tac propio de una bomba de relojería.

Asesina de amores, psicópata de sangre fría, sicaria mortal de pulso perfecto y mirada fatal. Distancia la llaman.

05 mayo, 2009

Grapple-d


Un mes ha pasado desde que todo empezó y no he puesto absolutamente nada de mi parte. Se me hace extraño volver a ver esas caras conocidas (esa cara) de las que voluntariamente me alejé aquella vez. Salir de la rutina supone un duro esfuerzo, pero salir de una rutina para empezar con otra requiere una decisión aún mayor. Necesito moverme. Tengo la pereza imbuida en mi propio cuerpo.

Y sigo autoengañándome en todas y cada una de las facetas de mi vida. Soy un mentiroso compulsivo y no tengo reparo alguno en engañar hasta a quienes inocentemente y con toda la disposición del mundo leen mis oscuras palabras. Todo ello con una sonrisa en la boca. Una vida aburrida que tiendo a pintar de colores brillantes, haciéndome el interesante.

¿Dejar de mentir... y volver a mi vida neutra? ¿dejar de engañarme... y asumir lo poco que soy? Creo que por hoy paso, gracias. Prefiero mis delirios de grandeza y mis pobres premios de consolación antes que asumir la responsabilidad y actuar como es debido. Y no soy yo quien habla, sino mi cuerpo.

Vanos vienen siendo los esfuerzos del corazón y la cabeza. Ni aún atacando por dos flancos, por arriba y por abajo, han logrado siquiera hacerme entrar en razón. Tengo un cuerpo atrincherado que parece disfrutar con el asedio, tozudo como él solo. No hay dedo que se mueva si los tres no están de acuerdo, y la paz pactada está lejos de ser firmada.

Sinceramente, necesito un puñetazo que me rompa los huesos y los esquemas.

26 abril, 2009

Tequila sunrise


Quisiera ser científico y poder explicar así estas cosas de manera más o menos racional. Ordenando, clasificando y numerando cada acontecimiento. Dibujando líneas que relacionan cada quién y cada cuál sobre una pizarra blanca impoluta. Unos y ceros. Reducir mi vida a simples números insertables en mi ordenador. Resumir, en fin, el sentido de mi vida en una simple ecuación.

Y pese a no serlo podría afirmar con absoluta certeza que la infinitud de variables contenidas en esa ecuación me harían completamente imposible el comprenderla. La vida es compleja y mi cabeza simple. No nos hacemos a la idea de la cantidad de fuerzas que han tenido que actuar para que en aquel momento, aquella persona y aquellas palabras coincidiesen en aquel preciso lugar.

Los números reales son incapaces de explicar porqué esta sonrisa se pasea hoy por mi cara. Incapaces de averiguar por qué mis ojos distinguen un sol radiante tras esa capa de gruesos nubarrones. Incapaces de indagar en la alegría serena que me abraza. Incapaces de distinguir ese brillo especial bailando en mis retinas.

He descubierto que por encima de las agujas del dolor el bálsamo de la alegría sigue surtiendo su efecto, dándome a entender de lo que soy capaz de hacer, enseñándome el truco del faquir, durmiendo plácidamente sobre una cama de clavos. Me río de las espinas que se me clavan en las manos.

Romper moldes, barreras y alguna que otra cabeza. No hay dolor que valga cuando la presión se reparte sobre la superficie. Cuando el puño se enfrenta al puño es el corazón más grande el que sale vencedor.

Podría parar una bala con los dientes si me lo pidieras.

20 abril, 2009

Trago amargo


No voy a hacerme mala sangre por esto, que te quede bien claro. Un consejo es sólo eso: un aviso. Tuya es la decisión. Eres ya mayor como para decidir que vas a hacer con tu vida.

Sin rencores, sin rencilla alguna. Quien vive del rencor se hace fuerte, es cierto, nadie puede contra él. Ni con él ni contra él. Quien vive del rencor se hace fuerte, se endurece, cristaliza y fosiliza. Sólo sirve para ser expuesto en un museo donde criará polvo para el resto de la eternidad.

Si alguien tiene que pedir perdón aquí ese soy yo. Me precipité haciendo una montaña de un grano de arena. Un grano metido en el ojo. Un rebote. No tragué lo que se me venía encima. No quería escuchar a nadie. Huí dando un portazo, tal vez escapando de mí mismo, buscando un lugar donde no me diese de bruces con mi reprochable reacción.

Pero aún así, y pese a que por mi parte la respuesta fue desmedida, no retiro lo dicho. El consejo sigue en pie y siempre podrás echar la vista atrás y verlo colgado en mi puerta. De estas cosas se aprende. Del dolor se aprende. Y este mal ejemplo seguirá por aquí trasteando con su blog.

Yo en su momento tomé mi decisión... y sigo vivo.

15 abril, 2009

Galas de champán y oro

De manos de Adriana he recibido 3 premios con sus correspondientes memes (adecuadamente agradecidos). No es costumbre mía hacer cosas de estas, pero en virtud al detalle de haberme nominado no a uno, ni a dos, sino a tres premios a la vez creo que por esta vez haré una excepción. Puede ser interesante publicar estas cosas (muchas de las cuales de otro modo nunca acabarían blanco sobre negro en este blog).

___________________________________________________________________

Premio nº 1: “Siete cosas extrañas sobre mí”


Pasos a seguir:

1.- Crear un tag/link de la persona que te ha indicado el Meme.

Adriana - http://unaplumayunavela.blogspot.com/

2.- Confesar 7 cosas extrañas/raras/diferentes sobre ti y tu personalidad en tu blog.

1) Mientras voy a alguna parte montado en la villavesa (que es como se les conoce a los autobuses interurbanos por estos lares) si estoy de buen humor suelo seguir con los labios las letras de las canciones de mi mp4. Ningún sonido sale de mi boca, pero la cara de emoción que pongo a veces se ha ganado más de alguna mirada rara.

2) Si hace calor (y a veces también cuando hace frío) me remango las mangas del jersey de cuello alto o de la sudadera, así como las mangas de las camisas y de las camisetas de manga larga. Me gusta como queda.

3) Me siento incómodo si no voy con una mochila al hombro o si no llevo un abrigo colgando entre los brazos. Siento como si me faltase algo. Demasiado ligero tal vez.

4) Tengo una muletilla tanto al escribir como al hablar que no me deja en paz, pese a que no sea demasiado cantosa. Suelo empezar todas y cada una de mis frases con un inexplicable “Bueno…”

5) Aunque suene estúpido: me siento orgulloso de conocer al dedillo mi habitación completamente a ciegas. Duermo con dos hermanos pequeños y todas las noches me toca ponerme el pijama a ciegas. Aún no ha llegado el día en que me haya pegado contra algo. Me basta con ver el desorden que había hace un par de horas para imaginarme como estará cuando llegue.

6) Acostumbro a viajar de pie en la villavesa (véase punto 1) incluso aunque esté vacía. La verdad es que suelo estar de pie casi en cualquier situación y no me supone mucho problema (un día intentaré dormir de pie a ver qué pasa).

7) Uso muy a menudo las entradas de mi blog como excusa para no tener que decir muchas cosas a la cara. No es algo muy honroso por mi parte, pero tiene su cosa poder expresarse de esta manera. Prometo hacerlo menos y hablar claro cuando toque (aunque me cueste).

3.- Crear un tag/link a 7 personas invitándolas a participar del Meme

1) Helena Mascarpone - http://auntengorazones.blogspot.com/

2) Agua - http://pensamientosdelsubconsciente.blogspot.com/

3) Eterna - http://historiasqueyacenenmi.blogspot.com/

4) The Jolly Joker - http://filosofialirica.blogspot.com/

5) Bordencanto - http://comemeaversos.blogspot.com/

6) Ana-banana - http://viviendoentreparentesis.blogspot.com/

7) Ele* - http://esacancionqnopodrasolvidar.blogspot.com/

4.- Avisar a los 7 afortunados que han sido invitados por medio de un comentario.

___________________________________________________________________

Premio nº 2: “Premio Dardos”

Pasos a seguir:


1.- Exhibir la imagen del sello.

2.- Poner el enlace de la persona que te lo ha regalado.

Adriana - http://unaplumayunavela.blogspot.com/

3.- Elegir 10 personas para pasárselo.

1) Ana-banana - http://viviendoentreparentesis.blogspot.com/

2) Helena Mascarpone - http://auntengorazones.blogspot.com/

3) R. - http://abrazosdeinvierno.blogspot.com/

4) Ele* - http://esacancionqnopodrasolvidar.blogspot.com/

5) Eterna - http://historiasqueyacenenmi.blogspot.com/

6) The Jolly Joker - http://filosofialirica.blogspot.com/

7) Bordencanto - http://comemeaversos.blogspot.com/

8) Adriana - http://x-greatescape.blogspot.com/

9) Agua - http://pensamientosdelsubconsciente.blogspot.com/

10) Marta - http://deseasinpensar.blogspot.com/

___________________________________________________________________

Premio nº 3: “Premio nostalgia de la infancia”

Pasos a seguir:


1.- Copiar y pegar íntegramente el Meme en un post.

2.- Contestar las preguntas sinceramente, borrando las contestaciones anteriores.

3.- Ponerte un tanto nostálgico/a mientras las respondes.

4.- Nominar a cinco blogs para que sigan este Meme.

Llas preguntas son las siguientes:

1) ¿CUÁL ES TU PRIMER RECUERDO?: Recuerdo cuando salía al patio de mi casa. Me parecía enorme y frondoso. Luego recuerdo un puñado de tréboles en mi mano, un sabor extraño en la boca y una mano vacía.

2) NOMBRA ALGUNOS DE TUS JUGUETES PREFERIDOS: ¡Los gatitos encajables! Tenía una caja entera llena de figuras de gatos que encajaban entre sí. Valían tanto para jugar como para mordelos (una sensación gratificante, la verdad). Y un ganso al que se le lanzaban aros de goma al cuello.

3) ALGUNA TRAVESURA DE CUANDO ERAS NIÑO: Aunque no fui yo sólo, una vez entramos al garaje donde mis padres guardaban los muebles antiguos. Yo y mi hermano pensamos que eran un poco sosos, así que cogimos un par de brochas y pintura color azul eléctrico… imaginaros el resto.

4) TU COMIDA PREFERIDA DE AQUELLOS AÑOS: Nunca he sido muy quisquilloso con la comida, pero creo que sería el puré de patatas con salchichas (mi madre les cortaba las puntas en vertical en 4 partes y al cocerlas acababan con forma de pulpos mmmm…)

5) TUS DIBUJOS PREFERIDOS DE LA CAJA TONTA: “Conan, el niño del futuro” Siempre fue mi serie preferida, incluso por encima de “Cuentos desde el Valle Mumin”. Años más tarde descubrí que era de Hayao Miyazaki, aumentando aún más mi admiración. Fue de las primeras series que me marcaron. Desde entonces siempre he sabido que si quieres a alguien un niño de 10 años puede levantar sobre sus hombros una losa de granito de 500 kg.

6) TU PRIMERA COLECCIÓN DE CROMOS: Nunca fui muy de cromos. Mi primera colección fue la de pokémon y desde entonces y hasta la muerte con ellos.

7) TU MEJOR AMIGO/A Y POR QUÉ: Mi mejor amigo de aquellos años se llamaba Darío. Era un chico especial. Era el único lo suficientemente “friki” como para tratar conmigo y aguantar mis afiladas gracias. No sé que habrá sido de él. Recuerdo que su madre nos quería cebar con sus aperitivos cada vez que me quedaba a dormir en su casa.

8) EL PRIMER LIBRO QUE LEÍSTE: No recuerdo su título, supongo que sería una colección de cuentos, porque me acuerdo de cuando intentaba leerlo pasando la mano por las líneas. Los dibujos eran de colores suaves y las líneas se difuminaban.

9) AQUELLA CANCIÓN, QUE SIEMPRE QUE ESCUCHAS, VIAJAS A TU PASADO: No recuerdo el titulo de la canción, pero estoy casi seguro de que es un tema de Abba. En cuanto la escucho lo que pasa a mi alrededor deja de tener sentido. El día que la vuelva a oír busco el título, prometido.

10) AQUEL MAESTRO/A QUE TODAVÍA HOY LO RECUERDAS CON CARIÑO Y POR QUÉ: Carlos Parra, mi profesor de matemáticas y ciencias naturales y jefe de curso durante dos años. Un tipo peculiar. Se tomaba a broma todo lo que le decíamos y podía ponerse a nuestro nivel sin tener que rebajarse. Era uno más de la clase y todo el mundo le apreciaba. Se a ciencia cierta que después de los años se sigue acordando de mí.

11) UNA PELÍCULA QUE JAMÁS OLVIDARÁS PORQUE TE RECUERDA A TU INFANCIA O JUVENTUD: Desde siempre ha sido la de “El rey león”. Fue la primera peli que vi en el cine y aún recuerdo el sitio que ocupé al ir a verla. Y recuerdo que no lloré con la muerte de Mufasa, porque ya era un niño grande y los niños grandes no lloran.

12) AQUELLOS TEBEOS QUE LEÍAS CON AVIDEZ CUANDO ERAS PEQUEÑO/A: De pequeño no solía leer tebeos, aunque recuerdo que una vez cayó en mis manos una recopilación de tebeos de los Looney Toons. Si no me los leí veinte veces cada uno no me los leí ninguna. Eran muchísimo mejores en papel que en la pantalla.

13) UNA MASCOTA QUE TUVISTE DE PEQUEÑO/A: Pues esto no lo recuerdo, pero mis padres siempre me cuentan historias de un pastor alemán que teníamos cuando apenas tenía yo un par de meses. Se llamaba Kafat y se cuenta que desde que nací me convertí en su protegido. Nadie podía acercarse a mí mientras jugaba en el patio sin que él lo permitiese. Ya veis, a las princesas les protegen dragones y a los príncipes, canes.

14) EL PRIMER COCHE QUE TUVISTE CUANDO TE SACASTE EL CARNÉ DE CONDUCIR: Pues el día que me saque el carné de conducir tal vez me anime a responder esta pregunta. Hasta entonces sólo podré usar mi desbordante imaginación.

15) UN VIAJE O EXCURSIÓN QUE HICISTE CON LOS COMPAÑEROS DE CLASE: Recuerdo que una vez fuimos con mis compañeros de clase a una fábrica de caramelos. Pasamos una mañana entera recorriéndola y probando todas y cada una de las muestras que nos ofrecían. El sueño de todo niño. Aunque esa misma tarde jurase que no volvería a probar un caramelo en mi vida.

16) AQUEL JUEGO QUE TANTO TE GUSTABA JUGAR DE PEQUEÑO/A: Ya sé que esto puede sonar raro, pero yo solía jugar entre clase y clase con mis amigos a un juego del que años más tarde descubriría que era un juego de rol. Llegamos varias veces a saltarnos clases y casi siempre acabábamos llegando tarde. Que tiempos aquellos…

17) ¿QUE PROGRAMA DE LA TELEVISIÓN DE AQUELLOS AÑOS ERA EL QUE MÁS TE GUSTABA?: Había un programa infantil que aún recuerdo con todo lujo de detalles. Se llamaba “Pequelandia”. Era uno de estos programas con títeres y muñecos. No tenían mucho presupuesto, pero siempre los veía a la hora de la merienda con mi bocata entre las manos y me parecían geniales.

18) UN REGALO QUE TE HICIERON TUS PADRES QUE JAMÁS OLVIDARÁS: Pues hubo uno que me hizo en su tiempo especial ilusión, aunque hay que decir que fue un regalo tanto mío como del resto de mis hermanos. Era todo un parque infantil, con sus columpios, aros y balancines. Todo un lujo en aquel momento. Creo que me lo pasé mejor viendo emocionado como lo montaba mi padre que al usarlo después.

19) ¿HAY ALGÚN OLOR QUE TE TRASPORTA A TU INFANCIA?: El olor de los caramelos de anís. Mi abuela paterna siempre tenía un bol lleno de ellos y cada vez que la visitábamos nos llevábamos uno de ellos (o dos si te podía la tentación). Eran tiempos mágicos, pese a lo que pudiera parecer ahora.

20) UN DÍA O UN MOMENTO DE TU INFANCIA QUE NO OLVIDARÁS NUNCA, PORQUE FUISTE INMENSAMENTE FELIZ: Puede parecer una tontería y tal vez no se acuerden de ello ni mis padres, pero mi cabeza se ha ido instintivamente a aquel día: llegábamos de misa un día de adviento, poco antes de navidad, yo tendría 10 años. Nos habían comprado a todos unos polos de limón y como era tradición en mi casa nos sentamos alrededor de la corona de adviento (hecha a mano por mi padre) con las velas encendidas y los helados en el centro de la corona. Luego nos levantamos y mi madre y yo acercamos las figuritas de los reyes magos un par de centímetros al Belén.

Mis 5 nominados:

1) Eterna - http://historiasqueyacenenmi.blogspot.com/

2) The Jolly Joker - http://filosofialirica.blogspot.com/

3) Bordencanto - http://comemeaversos.blogspot.com/

4) Proyecto de escritora - http://proyectodescritora.blogspot.com/

5) Agua - http://pensamientosdelsubconsciente.blogspot.com/

___________________________________________________________________

Se me queda mucha gente fuera de las listas y que me hubiese gustado hacer partícipes de estos premios. Que sepáis que la intención es lo que cuenta… o al menos espero que así sea.

Muchas gracias de nuevo a Adriana por… no uno, ni dos, sino tres premios.

10 abril, 2009

En copa de cordiales


Se que una vez te dije que nunca escribiría nada sobre ti, que dejaría tu identidad bajo secreto y que nunca me dirigiría a ti en clave oculta. Tendrás que disculparme esta vez, pues no puedo quedarme de brazos cruzados mirando desde la distancia. "Nunca digas nunca". La vida da a veces vueltas de campana y hay quienes tienen el estómago muy delicado.

No cometas un error del que después te puedas arrepentir. Por favor, aprende de mis equivocaciones. Estás poniendo el pie en terreno pantanoso y no prometo que pueda hacer mucho por sacar tu cabeza a flote sobre esa capa de lodo y vapores. Las cosas nunca ocurren de la misma manera dos veces y no me atrevo a imaginar que puede ser de ti, de nosotros, si intentas coger ese tren. Mírame al menos como a un mal ejemplo, como un ejemplo de lo que nunca debes hacer.

Te lo aseguro: hay mil puertos más seguros que aquel en el que atas amarras. Curioso es que un marinero perdido te de lecciones de navegación, pero al menos escucha lo que este lobo tiene que decir.

Desde la distancia no puedo ofrecerte más que esto, un triste aviso y un poco de apoyo. Yo no tuve a nadie en su momento que me diese guía y consejo. Acepta al menos hoy el mío. Que por lo menos uno de los dos puede salvarse.

¡Corre, insensato!

07 abril, 2009

Cognac


Decepcionar a alguien es algo con lo que se puede vivir. Decepcionar a unos cuantos es algo con lo que se puede vivir, aunque no se le pueda llamar a eso vida. Decepcionarlos a todos es algo que ni siquiera el mismo Atlas podría cargar sobre sus anchos hombros. Decepcionarse a sí mismo... eso es otro cantar.

Olvidarse del pasado, no apreciar el presente y dejar de luchar por el futuro. Confirmar el mal realizado, pregonar el bien dejado de hacer y excusar el bien hecho y el esfuerzo por enmendar.

Perder el tiempo, minuto a minuto, como quien tira migas de pan a los patos. Desperdiciar las oportunidades, bien por miedo a la vida bien por ese estúpido miedo al propio miedo. Tumbado, ojeroso, siquiera con la esperanza de ser rescatado por un alma de caridad. Por no moverse, ni caer siquiera en la tentación. Ni bien, ni mal... ni todo lo contrario. Contradicciones que se dan por respuestas válidas ante la pereza que despierta el pensar en remediarlas. Un NO cosido en la boca, dejando poco espacio para cualquier otra letra distinta de estas dos.

Incapaz de expresar sentimiento alguno, aferrado a su orgullo con garras de hierro. Inflexible, caprichoso, irrespetuoso hasta con la madre que le parió. Muerto el rey vive la reina. Al menos lo suficiente como para ver su reino caer en desgracia, azotado por nubes grises y tiempos fríos.

Ya no cabe suicidio alguno, sino resurrección. Un cuerpo y un alma muertos no pueden hacer sino volver a la vida. Y de todos es sabido que los muertos no hablan. No hay palabras ni peticiones de justicia. Donde reina Anarquía Justicia tiene poco que ofrecer. Fortaleza cae sobre sus cimientos. Templanza ve sus filas caer una tras otra bajo el canso movimiento de una mano. Prudencia se desangra en los oscuros calabozos de palacio bajo la atenta mirada de su verdugo. La revolución desde abajo ha podido con todo.

Estoy demasiado viejo para la revolución.

30 marzo, 2009

Bourbon County


Las hormonas siguen haciendo de las suyas de cuando en cuando, haciendo de mi semana una montaña rusa. Hormonado y hecho polvo, una combinación fatal y explosiva que mezcla de las maneras más extrañas la forma de escribir de uno. Días de euforia y alegría incontenible. Días de lágrimas y ganas de dormir hasta la eternidad.

Nada como un par de azucarillos, el trabajo y los amigos para disipar todo rastro de testosterona. Conversaciones de hombre a hombre y tardes de meditación trascendental entre patos y un frío que pela. No hemos llegado a la cura, pero hemos dado con la morfina. Liberado un peso y abierto los ojos me descubro una vez más con la espalda cargada y los ojos cegados. Una mano que se abre y otra que se cierra en un puño.

Ha sido un paso adelante, un decir "¡no!" al miedo y una sonrisa ante lo hace tiempo temido. El saber que ya no lucho solo y que si caigo en la auto-compasión siempre tendré a alguien que me haga elevar la cabeza y que aparte mi vista de mi inconmensurable ombligo. He descubierto que tanto las palabras como los silencios que quiera o necesite siempre estarán, cuando haga falta, en boca de los que me quieren. No estoy solo, no señor.

Poco falta ya para ese último salto al vacío. Nuestro chico se vuelve mayor y se endurece con el tiempo. Reúno fuerzas para el salto, sabiendo que junto al borde un par de brazos fuertes me ayudarán a llegar más lejos, saltar el bache y llegar al otro lado. Catapultado al cielo.

Ser una piedra tiene sus ventajas. De mi depende no ser carga sino cimiento.

25 marzo, 2009

Alcohol de quemar


¿Cómo es que me duele algo que no tengo? Me duele, y me duele horrores. Nunca había sucedido de esta manera antes y espero sinceramente que no vuelva a suceder. Es como si echase en falta un tercer brazo, una segunda boca o el sexto dedo de mi mano derecha. Algo que no se tiene ni se ha tenido nunca no puede doler. Aún así el dolor me atenaza la boca del estómago y me espesa la sangre. Una broma pesada, una locura.

¿Y cómo es que me duelen entonces sus caricias? Nunca las he tenido ¿Y su mirada pasando alternativamente de mis ojos a mi boca? Nunca ha sido así, ni he tenido el placer. Y aún así me duele su ausencia. Me duele su ausencia y la pesada e inmensa culpa de haberla perdido. Hecho en falta sus abrazos, sus brazos. Donde debía haber una marca de carmín hay ahora piel rasgada. Si todo hubiera sido distinto, si yo hubiera sido valiente en su momento, ahora mismo contaría con sus manos enredadas jugando con mi pelo. Si al menos hubiera sido un hombre cuando tuve ocasión sentiría ahora el roce de sus mejillas junto a la mía y sabría perfectamente cuál es el sabor de sus labios.

Justicia poética aplicada con el rigor de quien perdona pero sabe lo que es justo. Castigo razonable, necesario e insuficiente administrado en dosis ora pequeñas ora mayores. Una vida de crímenes se paga de este modo, con la certeza de que lo que ocurre es por tu bien, donde no hay palabra de aliento en esos duros momentos. Mis 7 amigos capitales suelen devolver los favores de flaca manera y no hay queja que valga.

No he sido valiente. No lo he sido en la vida, pero espero poder llegar a serlo alguna vez. Aunque sea al final de mis días, en una última muestra de fuerza de voluntad. Por ahora asumo mi estado, y doy un paso atrás. Hay cosas que no pueden borrarse, una de ellas el pasado. Arrastrando vengo una larga lista de juicios pendientes y otras tantas de condenas sin cumplir.

Cuando no te queda asidero y echas la mano a tu espalda en busca de uno, ves que no hay sujeción posible y caes. Justicia poética. Presente, pasado y futuro se alían para jugarme una mala pasada.

22 marzo, 2009

¿Un quinito?


Día 21 de Marzo y la comezón en el corazón comienza a dejarse notar. La alergia a la primavera ataca de nuevo, como casi todos los años. Una alergia para la que no se encuentra cura, simplemente porque nadie quiere curarse. "No hay cosa más rica que rascarse donde pica". En mi caso, como en el de otros muchos, el corazón.

No es mi idea en estos momentos dedicar una oda a la primavera, con sus flores, nubes perfectas y quinceañeras hormonadas. Como todo, somos nosotros los que marcamos esta fecha como inicio de algo que puede haberse iniciado un par de días antes.

Los días se suceden últimamente con demasiada velocidad. Tanta que no soy capaz de dar a cada uno un significado más profundo que un número tachado en el calendario. La cabeza a mil por hora y las manos a cien. Una especie de fast-forward a mi vida, tal vez hasta que algo haga saltar el botón.

Arriesgando mi propia seguridad intenté acelerar hasta lo imposible. Ahora que es todo lo demás lo que apura el paso, me agarro con fuerza al cinturón de seguridad y cierro los ojos. Tal vez así, con los ojos cerrados (la boca también), duela menos si me acabo por dar un tortazo.

Y entre todos los carteles y signos de tráfico que pude ver y reconocer, sólo uno me llamó la atención (hasta tal punto que casi descarrilo): "es momento de crecer", de ser valiente. Vencerse una vez más, vencer esa fuerza G que me aplasta contra el asiento.

Arriesgarse, o más bien fiarse de los demás. Apostar todo a la confianza y jugársela a una carta. El azar es un estimulante de los fuertes y soy jugador desde los diez. Probabilidades, frases de película y saltos al vacío.

"Nunca sabremos lo que nos deparará el futuro si no lo intentamos"

17 marzo, 2009

Un dolar, un vaso


Los silencios mal llevados siempre han sido parte fundamental e insustituible de mi vida. La boca cerrada cuando debería estar abierta y sincera, la mirada ida y el gesto cuidadosamente calculado. Soy un maestro de los silencios, el amo del mutismo voluntario, el indiscutible campeón de los labios sellados.

Y tras un rato callado me pregunto como extrañado ¿qué me ha llevado a mí a cerrar la boca y guardarla con candado? ¿qué me aporta? La mitad de ocasiones la pregunta no obtiene respuesta por mi parte. Callo hasta para mí mismo y me niego la palabra. Y hay veces que sufro (porque otras muchas no son sino un mal día o la necesidad imperiosa de algo de azúcar) y me lo callo, no buscando una respuesta, a la vez que gimo por una solución. Tal vez el orgullo sea el más fiero de los pegamentos y mi lengua un músculo débil que no opone resistencia.

Como siempre, mi amor eterno, el tiempo, acaba por hacerme entender con una caricia o un atinado bofetón lo que en un principio se me presentaba oscuro y misterioso. Es el tiempo lo que todo lo cura, y en ocasiones lo que nos enseña la herida que nosotros mismos debemos cerrar. Heridas abiertas y sangrantes que tiendo a coleccionar, así como otras mentiras y miradas de reojo.

Hay noches en las que desearía tumbarme y contarle a las estrella a cada una un secreto. Las mentiras voluntarias, compartidas, son secretos.

El que tenga alma que lea, escuche, vea y entienda.

13 marzo, 2009

Agua de grifo


J: Quiero hablar de estas cosas con alguien, pero no sé con quién.

P: ¿No tienes a nadie que pueda sentarse contigo un momento? No me jodas.

J: Eso es lo peor, que sí tengo con quién hablar.

P: ¿Y entonces? No me vengas a marear ahora con tus contradicciones estúpidas, que nos conocemos.

J: Lo que ocurre es que no quiero hablar con ellos, no quiero cargarles con toda la basura que llevo dentro. Ya tienen bastante problemas con los que lidiar.

P: ¿Basura? Como te estés refiriendo a mí te juro que...

J: No, tranquilo, no me refería a tí. Tú eres tan sólo un divertimento, yo hablo de cosas serias.

P: Mmm...

J: Deberías saber mejor que nadie a lo que me refiero. Todos tenemos un pasado oscuro y yo no soy ni más ni menos que los demás.

P: No te estarás refiriendo a...

J: Si, a eso me refiero.

P: Y entonces lo de...

J: Eso también.

P: Y...

J: También.

P: Pues, aunque me duela decirlo, debo admitir que tienes parte de razón, como siempre.

J: ¿Sólo una parte?

P: No seas idiota, sabes perfectamente que acabarás por hablarlo con ellos. Si ahora estás trancribiendo esta charla es por eso. Eres como un niño pequeño, aún con tus veintipocos, que llora ante su mamá a moco tendido por haberse hecho una herida en la rodilla. Tú no quieres soluciones, tu no quieres hablar... quieres atención, como todos ls críos. Y mientras esta estúpida farsa siga en pie contarás con ella, te lo aseguro, montones de atención. Pero sabrás en el fondo que haces mal. Mentira a sabiendas. Cada vez más gordas. Egoísmo. Egoísmo y vanidad.

J: ...

P: Calladito estás más guapo, ¿sabes?

J: Cállate.

P: Tú a lo tuyo y yo a lo mío. Que se te da bien el tener la mirada perdida.

J: No estoy como para discutir hoy contigo.

P: Lo sé. Je je je.

09 marzo, 2009

Combinación explosiva


A: ¿En que piensas?
J: En nada
B: ¿Te pasa algo?
J: No, nada
C: ¿Que haces ahí sentado?
J: Aguantar el tipo
D: Te veo un poco pensativo
J: No es nada
E: ¿Que ocurre?
J: ...

Mira que me prometí a no escribir sobre ello, pero aquí me tenéis otra vez dándole al teclado a deshora. Pensé que al pasar los días tendría todo más claro, sabría que fue exactamente lo que me ocurrió y de dónde saqué la genial idea de ignorar a mis amigos durante toda la noche. Aún espero respuesta.

Siempre supe que ante Sus Presencias me convertía en un flan, temblando desde el escaparate. Siempre había podido comprobar cómo se me subían los colores y se me tropezaba la lengua con en cerebro cuando una de Las Dos estaba a menos de 30 metros y dentro de mi campo visual. Siempre supe que la cara de idiota no me la quitaba nadie en una semana si la veía a Ella bailar.

Nunca llegué a plantearme siquiera el verlas a Ambas en el mismo lugar en una misma noche. Ella y Ella La Primera.

Y como ser racional que soy pienso: "Si con Ella pasa esto, con Ellas será lo mismo, pero multiplicado por dos". Pero como ser orgánico que soy el shock y la parálisis cerebral absoluta vinieron a romper mis predicciones, dejándome en un estado preocupante. Preocupantemente deplorable.

Fue como beber de una copa y que ésta estallase cuando aún esta en la boca. Como si al darte una rosa cayesen sus pétalos dejando sólo espinas clavadas en la mano. Como si una caricia en el pecho acabase con profundas marcas de uña.

Probablemente no vuelva a repetirse tal situación. Probablemente no vuelva a ignorar a los demás de manera tan cruel ni aunque llegue a repetirse. Antes morir que retroceder otra vez. El recuerdo de una esperanza perdida y la presencia de un amor imposible no me harán vacilar de nuevo. Sin llamar la atención, como un caballero, me retiraré de escena para que Sus Majestades bailen hasta el amanecer.

02 marzo, 2009

Mensaje en una botella (máquina del tiempo nº1)


"Querido Yo, han pasado ya 5 años desde que escribí estas palabras. Posiblemente ésta sea la primera y la última de las máquinas del tiempo que escribimos. Espero sinceramente que demuestres que me equivoco y que continuemos con lo que planeamos aquel día: escribir cada 5 años una nueva máquina del tiempo. Es una tarea sencilla que mantendrá la ilusión a flote al menos durante un par de años más.

Supongo que debo dirigirme a mi de una manera un tanto más educada que de costumbre. No se habla todos los días con alguien del futuro. Ya hemos cumplido los 26 y debo tratarme como a alguien mayor. No sé realmente que tal sonarán estas palabras en nuestros oídos, tenemos a veces mala mano para las letras cuando la situación requiere un esfuerzo extra. Suele ocurrir que cuando vuelves a leer una cosa de éstas te entra la risa, pensando tal vez en lo ingenuo que fuimos ese día, el día en que decidimos mandar una máquina del tiempo a nuestro Yo futuro.

No preguntaré que nos depara el porvenir. No me interesa, y sabemos perfectamente que es imposible una respuesta por tu parte. Espero al menos que seamos lo suficientemente agradecidos como para escribir una nueva máquina del tiempo y continuar con la costumbre.

Deseo con todas mis fuerzas que la próxima vez que leamos esto no sea en solitario. Aunque soy 5 años menor que tú (Chema tendrá mi edad a estas alturas) prometo tomar serias medidas si de algún modo me decepciono. Si de algo tengo miedo en estos momentos es de quedarme solo, bien lo sabemos. No hemos trabajado estos últimos años para que en sólo 5 todo se vaya al garete. No me atrevo a pensar en nuestra situación actual y me da miedo preguntar. Me supera tanto en madurez como en imaginación (nunca fuimos buenos prediciendo cosas). Sabes tan bien como yo que no se puede vivir sin gente que te quiera, que esté a tu lado en todo momento, gente a la que te has entregado de corazón. Yo, por mi parte, puedo decir que a mi lado los tengo. ¿Podemos nosotros decir lo mismo?

No podemos esperar que lo que hoy es de una manera dentro de 5 años no sea de otra. Al menos desde aquí te mando un recuerdo de todos con los que aquí estamos. Recuerdos de PB, GT, BV, IG, DS, MA, JLV y LM (no permitas escapar a ninguno sin dejarte las uñas en ello). Recuerdos de Eureka, el grupo de teatro. Recuerdos de esas tardes de quedar para tomar algo paseando según nos pegase el viento. Recuerdos de las tardes de partida y las cenas (con apalancamiento incluido) hasta las 4 de la mañana. Recuerdos de Ella y ese periplo que te marcaste haciendo el idiota por la vida y que espero no repetir (como me digas que han pasado 5 años y la historia continúa los correctivos pasarán de serios a extremadamente graves). Recuerdos de tu familia, con ellos pórtate como un buen hijo y hermano.

Desde aquí prometo esforzarme por formarme y conseguir un futuro digno de nosotros. Pienso hacer de este chico un hombre de verdad, o al menos darnos las herramientas para serlo en un futuro próximo. Espero que después de estos 5 años leer esto sea para nosotros un regalo y no al revés (si aún mantenemos la memoria despierta esto lo leeremos el día de nuestro cumpleaños).

Ya sabemos como funciona esto: si éste blog continúa en activo dentro de 5 años, o si hemos tenido que trasladar todo a otro lugar, deberemos hacer una copia del original y publicarlo junto con una segunda máquina del tiempo, esta vez dirigida a nuestro Yo futuro dentro de otros 5 años. Esto lo volveremos a repetir todas las veces que haga falta.

Saludos desde hace 5 años.

Javier Pout Lezaun (21)"

Llevaba siglos queriendo hacer algo así...

26 febrero, 2009

Espresso de las 4 en la estación


Todos sabemos de alguien que, en algún momento de nuestra vida, acabó por salir de ella de manera más o menos traumática. Un ligero adiós o una emotiva despedida separó nuestro camino del de esa persona. Puede que incluso no pudiéramos despediros siquiera y nos duela aquella última falta de cariño. Puede también que aquella última despedida fuese gratificante para ambas partes, pues los dos estábamos mejor el uno sin el otro.

Todos sabemos de alguien que se ha ido. Cruzar una frontera, mudarse a un barrio nuevo, vivir a dos manzanas pero no cruzar palabra porque sabes que vuestras vidas se distanciaron definitivamente, morir para alguien, morir para el mundo o simplemente morir. Y aunque quisiera negarlo diciendo que no es cierto, que es posible que no sea así, me veo en la obligación de afirmarlo: por mucho que lo jures, prometas y perjures, nunca podremos decir “siempre estaré ahí”. La vida nos guarda muchas sorpresas, algunas agradables y otras no tanto, y, como sorpresas que son, nunca podremos estar del todo seguros de qué ficha se moverá a continuación.

En mi vida hay muy pocos “adioses” pero muchas despedidas. En mi colección de huidas y soledades ha habido de todo: desde emotivos viajes sin retorno, hasta alguna despedida silenciosa, pasando por abandonos intencionados y esperas interminables. Mucha gente ha pasado por mi vida, la mayoría haciendo más bien que mal, y muchos han acabados en el fondo del pozo de mi olvido. He tenido que despedir y he sido despedido, sobre todo esto último.

Las despedidas nunca han sido tan dolorosas como ahora. Será tal vez que me he reblandecido con los años o que la gente me cala cada vez más hondo, pero no puedo reprimir de vez en cuando una lágrima pensando en aquellos que una vez estuvieron allí y ya no están conmigo.

Sé de buena fe que es inevitable que yo también acabe despidiéndome y saliendo de la vida de unos cuantos. Pasará el tiempo y con él las cosas volverán a cambiar como siempre lo han hecho. Me tocara decir adiós un par de veces y me dirigirán también algún hasta siempre. No es mi deseo, pero así son las cosas.

Y no seguiré escribiendo más en este sentido. Si bien el futuro no debe preocuparme, sí que debe ocuparme. Una vez sea el momento podré poner manos a la obra. Por ahora, con vuestro permiso, me limitaré a agradecer de todo corazón a los que ahora formáis parte de mi vida. Procuraré aprovechar vuestra compañía todo lo que me sea posible.

Gracias por estar ahí.

23 febrero, 2009

Bitte wenden Sie sich bitte Feuerzangenbowle


A veces uno tiene ganas de que el tiempo detuviese su andar. No pido que dé marcha atrás, sino que se detenga en su carrera y no me obligue una vez más a cambiar aquello que tengo, a jugármelo en la ruleta de la vida y el azar.

Lo llevo grabado ya en el corazón y espero no olvidarlo mientras dure: estoy viviendo lo que recordaré tal vez durante toda mi existencia como los mejores años de mi vida. La ironía (ese humor inglés que tiene el destino) ha hecho que paradógicamente sean estos unos años revueltos y llenos de sinsabores. Supongo que nada es como lo pintan, menos aún la felicidad color de rosa.

La vuelta a la rutina ha dejado en mí un cierto sabor amargo. Tal vez sea el sentimiento lógico ante la vuelta a las aulas, tal vez no, no estoy muy seguro. Estoy inquieto y no puedo tenerme sobre la silla. Poco a poco he ido aprendiendo que para estas cosas hace falta tiempo, dejar reposar la cabeza, pensar con cierta frialdad sobre el asunto y hablarlo con los demás. Cuerpo, alma y mente van cada uno por su lado y no podré jugar mis cartas hasta que no consiga ese equilibrio personal (que trascendente me pongo a veces, hay que ver) que me ayude a cavilar. Si pensaba que tomando aquella decisión estaba todo dicho me equivocaba de cabo a rabo.

¿Os he dicho alguna vez que me siento muy afortunado (ojo al dato) siendo quien soy? Y no lo digo por ser yo una persona ejemplar (ya me gustaría a mí) sino por el momento y el lugar que me ha tocado vivir, por la gente que he podido conocer y querer hasta donde me han dado las fuerzas, las cosas que he podido aprender y las esperanzas que he podido cultivar sobre lo que el futuro me depara. He perdido el miedo al futuro (el miedo y el respeto) y espero no volver a encontrarlo. Y aunque aún no del todo, he podido sustituir, parte a parte, este rancio corazón por uno de bronce y ébano con motor propio. Un corazón a vapor con la fuerza suficiente como para mover a este pequeño cuerpo y a otros mil más.

Lo dicho, tiempo al tiempo.

18 febrero, 2009

El whisky sour se sirve frío


P: ¿Seguro que no quieres que salga yo y arregle el asunto con un par de cosas bien dichas?

J: No, que cuando empiezas no paras. Me gustaría decir esto de manera que no hiriese.

P: Menudo maric...

J: ¡Adentro!, que te pones insoportable.


No conozco todos los detalles y tampoco me interesaría saberlos, pero si hay algo que me revienta es precisamente que no jueguen con mis reglas, que hagan trampas y quedar yo como un idiota. A veces ocurre y supongo que no tendría que extrañarme que sucediese alguna que otra vez. No suelo cortarme mucho a la hora de escribir. Si hace falta despotrico e insulto hasta quedarme a gusto y no tengo reparos en hacerlo aquí.

Seguramente muchos me diréis que era lógico que ocurriese, que publicar cosas públicamente tiene sus riesgos y que esta vez me la jugaba de verdad. ¿Sabéis cuando digo que así conocerme tiende a perder su magia? pues esta vez es tanto y más.

Supongo que estoy siendo poco claro... por decirlo de una manera suave hay quienes escuchan a hurtadillas mis conversaciones y luego vuelven mis palabras (esas palabras dichas de tú a tú) contra mí.

Y pensé en tomar medidas, algunas más o menos radicales, pero acabé por entender que de nada valía desfogarme de esa forma. El mal estaba hecho y había sido revelado (no sé si inocentemente). No había más que discutir.

Un golpe bajo. Eso es lo que ha sido. Y yo seguiré aquí, escribiendo como siempre. Y vosotros ahí, leyéndome cada tanto. No quiero cambiar nada. Me gusta esto como es (no diré que me gustaría tener más seguidores, cosa que se sobreentiende) y procuraré no tocar nada.

Y esto, amigos, es lo que se llama un post trampa. Diseñado por un servidor con el único objetivo de tocar la moral. El truco es simple: si habéis leído esto (y sabéis a qué me refiero) tendréis que guardároslo, no podréis decírmelo sin delataros. Habéis vuelto a caer. Si por el contrario no lo habéis leído, podré quedarme tranquilo. Significará que después de aquello no habéis seguido indagando.

¿Cómo se os queda el cuerpo?

P: Te digo una cosa... ni yo soy tan retorcido...

J: Lo sé...

14 febrero, 2009

Gatorade y a correr


Siempre suelo encontrar una frase graciosa o un detalle ingenioso con el que empezar a escribir mis entradas. Tal vez esta no sea la ocasión (dicho así en mi caso a esto se le llama escribir a ciegas) pero he dado mi palabra de venir a contároslo una vez o tuviese más claro. No me ha costado mucho tiempo, ya veis, pero ha sido suficiente como para trastocar los planes de más de uno.

Escalones, puertas y ventanas. Entre tanto paso y abertura había olvidado hacia dónde me dirigía. ¿Dónde voy? Darme cuenta de ésto resultó ser la clave para encontrar mi puerta. Casi ni me acordaba de ella. No la veía desde hacía dos años y ahora se encontraba entreabierta y escondida bajo los trozos de otras puertas que destrocé a mi paso. La primera vez que llegué a aquellas alturas la tuve por una opción válida entre otras muchas, aunque me daba miedo elegir. Otras puertas brillaban más y parecían más anchas y carreteras que ésta última.

Dos años después, con la cabeza gacha y pinchándome las manos con las astillas, dejo el paso libre y transitable a esta puerta. Y aunque aún no la cruzaré (esperaré un tiempo antes de hacerlo) la dejo abierta de par en par. Aún debo cerrar todas aquellas puertas que he dejado atrás antes de continuar. No quiero que se forme corriente y se cierre o abra una que no quiero tocar.

Seré tal vez un poco lento al tomar decisiones como ésta, pero me gusta dejar las cosas claras y firmes en su sitio (no quiero que esto vuelva a repetirse). Nunca más decir "No" por cobardía. Otra página de mi vida felizmente pasada.



P.D.: Hoy es 14 de febrero... seguro que creíais que hablaría nuevamente de Ella. ¡Ja! ;P

09 febrero, 2009

¡Ron, ron, ron, la botella de ron!


En mi eterna búsqueda de la felicidad hago un pequeño descanso para escribir. A ver si más adelante, cuando las cosas estén más claras, cuando logre por fin abrirme y hablar de esto con alguien, pueda contaros que rumbo toman las velas de mi nave.

Quisiera decir que todo ha acabado, que el tema ya no me afecta, que mis días han vuelto a la normalidad y que he superado mi problema, pero no quiero mentir. Ella sigue ahí. Ella sigue paseándose por ahí. Y yo sigo aquí. Sigo paseándome y haciendo el idiota por aquí.

¿Y bien, alguna novedad? Ojalá. Mi barco sigue sin rumbo fijo a merced de Sus Vientos. Otra historia interminable. Dos años de historia interminable. Una historia donde no ocurre nada y que a la vez absorbe el 50% de mis días (el 99%, no nos engañemos).

Sólo una cosa cambia en esta historia: el final. No existen las historias interminables. Sé que puede sonar duro, mal sonante y desesperanzador, pero aceptar las cosas tal y como son nos libera. Las páginas de esta historia van pasando poco a poco, acercándose cada vez más a ese punto y final. Un capítulo de mi vida que guardaré con celo y añoranza, pero que no volverá a marcar el guión de mis pasos. Quedará bonito en la repisa de mi habitación.

Mi búsqueda de Ella llega a su fin y Ella vendrá a sustituírla. Una princesa de un reino lejano vestida de azul, que no tenga miedo a mojarse lo pies y a probar el sabor del mar. Soy un marino que espera pronto un amor de puerto, aunque sin saber muy bien en cuál acabará por atar amarras. Mientras tanto este marino adecentará su barco. Hay tiempo. Una princesa no puede montar sino en un galeón real, adornado y limpio. Un barco cochambroso como éste necesita un par de manos de pintura y alguna que otra reforma interior importante.

Contrataré una orquesta, un banquete y una luna llena para recibirla.

05 febrero, 2009

Catador de renombre


Ha pasado tiempo desde la última vez que pensé seriamente en ello. Quizás un año, no mucho más.

Estos últimos meses he hecho lo que nunca en mi vida. Intentarlo. Los pasos, a veces vacilantes, me han llevado según creo por la senda que escogí. He puesto más de cinco sentidos en ello y, aunque a veces he cometido errores, puedo decir con total seguridad y convicción: hoy soy más feliz que hace un año.

He apostado todo lo que tengo a una sola carta. Si la suerte me sonríe ganaré un cielo en la tierra. En el caso contrario podré decir que al menos lo intenté. De una u otra forma acabaré ganando, pero depende de mí no retirar la apuesta antes de tiempo.

Hoy me toca dar un paso más. Si bien hasta ahora he intentado mejorar poco a poco en cuanto a los demás se refiere, hoy toca pensar en mí y en mi futuro. Si el estar bien con los demás es algo necesario si se quiere ser feliz, el estar bien con uno mismo es importante en la misma medida. No se puede predicar con el ejemplo si no hay ejemplo al que agarrarse. Y esto es precisamente lo que me trae de cabeza estos días: ¿qué pienso hacer con mi vida?

No me arriesgaré a decir nada en este momento, pues las ideas son vagas y poco concretas, pero lo que sí sé es que la puerta que abrí hace un año no me atrae en absoluto. Si me es posible cerraré esta por abrir otra. Y aquí estoy, con el catálogo en las manos, dudando, pensando, intentando encontrarme a mí mismo y reconocerme entre tanta gente.

Y aunque odio los cambios es ahora cuando se me pregunta: ¿quieres ser feliz?

01 febrero, 2009

Mala leche


Miedo me da venir así a escribir. Con una mala leche que no me aguanto ni yo. Furia autodestructiva. Despotricando contra todo. "Un día de esos" o más bien una mañana, porque presumiblemente estas cosas se pasan pronto. Mira que nunca tengo un mal despertar, pero cuando me duermo de mala baba me levanto de la misma guisa.

Muy bien, hablado esto ya con la almohada (hablado a mordiscos), creo que ya puedo poner las cosas claras una vez más. Seguramente mi propio ego (o mi sentido de la supervivencia) me impida escribir de manera clara, evitando así que los demás acaben por pillar mis indirectas. No, ni aún con un mechón de pelo arrancado en las manos suelto prenda (el que tenga ojos que vea).

Me parece triste, si, triste, mi situación actual. La verdad es que pocas veces me dejo llevar por ella mostrando de verdad el alcance de la misma, pero en algún momento esto tendrá que cambiar. Supongo que será por la edad. Para algunos cumplir los 21 significa alcanzar la madurez (y no estoy yo tan seguro). Problemas en casa, en la uni, con los amigos y conmigo mismo. No está esto ordenado en función de la gravedad, pero se acerca.

A veces me embriaga esa sensación e libertad y me dan ganas de romper con todo, de huir. Mi casa ha llegado a no ser ya mi hogar. La uni es la protagonista de una relación agridulce. Mis amigos... son un sol, con ellos no tengo problemas, sino que más bien soy yo el problema. Demasiado ojo crítico vuelto hacia mi ombligo. Frustración y ganas de matar a alguien (o por lo menos de romper una puerta a puñetazos).

Un día de estos prometo dejar esas maneras crípticas y hablar con franqueza. Hasta entonces esperaré a que las teclas de mi ordendor se enfríen un poco.

29 enero, 2009

Un café irlandés


Lo dicho, durante estos días uno se pone reflexivo y no hay quién o qué que lo saque de ese estado. Podéis vituperarme todo lo que queráis, llevarme la contraria, humillarme en público (osea, aquí) al conseguir rebatir mis argumentos con razones algo más y mejor pensadas que las mías. Aún así, sabiendo que puedo ser objetivo de vuestras más sanguinarias buenas intenciones, me arriesgo a explicaros mi modo de ver la vida. Aquí tenéis mi yugular. Atacad con todo el cariño.

La verdad es que nunca antes me había encontrado impreso en un libro una idea loca que desde siempre ha rondado por mi cabeza. Esa idea no es otra que la idea del "destino". Los que intentamos escribir usamos a veces esta palabra con demasiada facilidad. "El destino es algo contra lo que se puede luchar", "el destino te lo montas tú", "no se puede luchar contra el destino", "estar con él/ella es tu destino", "el destino cual...", "el destino tal..." Seguro que muchas veces habéis oído cosas así o del mismo corte.

¿Y yo que pienso del destino? Si bien tengo una idea bastante clara sobre lo que es el destino ponerlo por escrito no es cosa sencilla (menos en una sola entrada). Bien sabéis alguno que lo mío no es la semántica lógica (puedo llamar a las cosas de las maneras más extravagantes y locas). El destino del que hablo, mi destino, no tiene nada que ver con el hado o el sino. Mi destino no está escrito, o por lo menos no como éstos. Yo soy quien decide en mi propia vida y soy yo quien escoge un destino y el camino a seguir.

Pocas veces me veréis mostrar indicios en lo que hablo o en lo que escribo de mi (aún penosa) religiosidad, pero si voy a hablar de destino tengo que hablar de Providencia y esta palabra echa para atrás a la mayoría de la gente que conozco (alguna mirada rara seguro que acabo de generar). Somos gente seria (XD) así que supongo que no habrá problema alguno en que siga por estos derroteros.

Como iba diciendo hablo de destino, hablo de Providencia y hablo de azar. Y creo en las tres, pese a que alguno me pueda decir que es imposible. Ninguna de las tres se enfrenta a la otra de manera directa y no hay en una algo que me haga dudar de la otra.

"La vida es como un libro de elige tu propia aventura. Tú decides tu destino y que camino tomar para llegar a él" rezaba la frase. Y no le quito ni una palabra. La vida es un libro. Un libro ya escrito, es cierto, pero sobre el que tenemos control absoluto del paso de las páginas. Hacia adelante, hacia atrás. Saltamos de página en página en el libro de la vida.

El libro está escrito, si, pero aún no hemos terminado de leer todos sus capítulos. Nosotros somos los personajes y la Providencia (mi personal y querido azar) es quien escribe. Nosotros elegimos nuestro camino, pero no somos nosotros quienes lo creamos. Y, pese a lo que algunos crean, existen más finales felices que tristes en el libro de nuestra vida (el escritor ha sido generoso). Sólo si elegimos voluntariamente mal entre las opciones que se nos ofrecen acabaremos con ese FIN prematuro que a nadie gusta ver, donde el protagonista comete ese último gran fallo y dónde ya no queda opción a pasar de página.

Quítame la Providencia y echa por tierra todas mis ideas, que aún así acabaré por creer en la magia. Puede que sea poco sólido, puede que suene infantil, fantasioso o sumamente oscuro, pero al menos déjame creer en las coincidencias, pues son demasiadas como para no saber que existe una razón para todo y que por algo he escrito esto y tú lo estás leyendo.

26 enero, 2009

Botellines de agua de marca


"El dinero no da la felicidad... pero ayuda" Tal vez uno no puede pasarse la vida pensando en clave de €, ni estar pendiente de lo último que ha salido para comprarlo, ni con problemas de tensión después de ver como su empresa caía 4 puntos de golpe. Esas cosas te vuelven idiota por lo menos (utilizaría otro término, pero prefiero mantener mi nivel) e insulso en grado sumo. Pero no podemos negar que para moverse por la vida y para tener un mínimo de solvencia (en todos los sentidos) hace falta contar con una base de bienestar básica. No es vivir bajo mínimos, sino sobre ellos con relativa soltura.

No estoy diciendo que uno no pueda alcanzar esa felicidad en la más extremas de las pobrezas. Conozco infinitud de casos de gente que en la indigencia más absoluta han alcanzado la plenitud, pero me perdonarán si digo que si hubiesen contado con un mínimo de recursos todo habría sido más fácil. Lo mismo podría decir de aquellos que nadan en la abundancia.

Como si hablásemos de una mesa, los extremos nunca son una opción. Bailar en uno de ellos probablemente nos haga precipitarnos al vacío. Ni los ricos son unos monstruos, ni los pobres unos santos. Unos y otros son humanos y no puede medírseles en su humanidad como si midiésemos la suela de sus zapatos. Mientras los primeros tienen la tentación de abusar de lo que se les ha dado (muchos de manera honrada) los otros pueden caer en la envidia más rastrera.

No hablamos de absolutos ni mucho menos, pero encontrarse en el amplio espectro de los que tienen lo que necesitan (más o menos) nos asegura una base firme desde la que vivir con cierta dignidad y fuera del peligro que supone el no contar con lo que realmente importa. Vivir fuera de peligro, sin la espada en el cuello, aleja nuestro pensamiento de aquello que reluce.

Ved esto como una reflexión más que como un juicio. Sé que este tema se tergiversa con demasiada facilidad, así que os pido que no saquéis esto de contexto.

A la gente se le respeta por lo que son, no por lo que tienen.

23 enero, 2009

Daiquirí Floridita


Supongo que será parte de la naturaleza del estudiante (pues como todos saben los estudiantes tienen una segunda naturaleza que los hace especiales) pero durante la época de exámenes, como quien habla de la época de celo en los animales, éste tiende a volverse sentimental. Las pasiones brotan ante el aislamiento externo exigiendo una salida inmediata. Algunos nos volvemos seres etéreos por momentos y tendemos a querer solucionar los problemas del mundo horas antes del examen de economía.

Supongo que buscar una vía de escape es algo natural. Esa naturaleza del estudiante se resiste a la clausura en la biblioteca (porque, admitámoslo, el estudiar no entra dentro de su naturaleza) y huye. A mí me da por escribir en el blog, en los foros, en el msn, en el tuenti, en cualquier parte. Desahogarme en esta ocasión podría ser el principal objetivo de esta entrada.

Tampoco puedo quejarme: tengo la mitad de exámenes que el común de los mortales y bastante espaciados. Comunicación Audiovisual tampoco es que sea una carrera complicada ("pinta y colorea" dicen algunos), pero no es la carrera lo que me tiene preocupado sino otras obligaciones más urgentes.

Aún así la luz al otro lado del tunel se ve claramente y se acerca conforme pasan los días. Si bien los exámenes de febrero (y enero) son un mal trago por el que tenemos que pasar lo que viene después conpensa el sufrimiento (sufrimiento dice, como si estudiase y todo). Los exámenes del año pasado fueron más de lo mismo: primero empiezas quejándote para luego olvidarte al día siguiente de aquellas 3 semanas de estudio. A algunos (como a mí) estas semanas apenas dejarán marca en sus codos.

20 enero, 2009

Manhattan


Solo, en la oscuridad, a veces me asalta el miedo. Miedos tanto de niño como de chico mayor. Algunos irracionales, otros tanto y más. Miedos que tal vez comparto pero que nunca digo por miedo a convocar la imagen que los provoca.

El miedo me muestra puertas. Y tengo miedo a las puertas. A las puertas que se abren a nuevos horizontes en mi vida. Que atraviesan las fronteras de mis posibilidades. Puertas que tengo que vencer para crecer, que tengo que hacer ceder bajo mi hombro y el de los que me acompañan. Algunas de ellas más les valiese no ceder nunca, otras en cambio me harían la vida más fácil si se abriesen con un dedo.

Tengo miedo a la soledad, miedo a quedarme solo y no sentirlo, miedo a crecer y perder algo que siempre ha estado allí, miedo al fuego, a los bichos pequeños y escurridizos, miedo a ser invisible del todo, a levantarme un día y darme cuenta de que todo esto nunca ocurrió, miedo a lo que la oscuridad guarda en su seno, a no encontrar una nueva canción, miedo a soñar cosas horribles y a que esas cosas horribles de algún modo acaben por hacerse realidad, miedo a las puertas a medio cerrar, miedo al frío, al frío del silencio, miedo a querer poco, a querer demasiado, miedo a morir mañana, a descubrir que un día mis padres no están allí, a perder a mis amigos, miedo a dañar con mis secretos, miedo a revelar los de los demás, a perder la magia de la amistad, miedo a soñar con cosas bonitas y callármelas por vergüenza, miedo a luchar, a los callos en las manos y los codos, miedo al té sin azúcar, a la leche sola, a que la coca-cola acabe con lo poco que queda de mí, a que la gente por la calle me mantenga la mirada, miedo a que me guste que me aguanten la mirada, miedo al pasado, miedo a que ella venga del pasado a remover otra vez la llaga, miedo al campo y su tranquilidad, miedo a mí mismo y a las cosas que soy capaz de hacer, miedo a Parpadee y a las cosas que es capaz de hacer, miedo a los huecos en el corazón, al tiempo perdido, a las miradas perdidas, a mirar al cielo, a que la luna un día deje de brillar, miedo a no volver a sentir una caricia en los días de mi vida, a empapar el teclado con alguna lágrima errante, a que me lean y me comprendan, a que me lean y no comprendan, a que se acaben las comidas de los lunes, a no saberme mi papel, miedo a desdibujarme con los años, a parecer demasiado inocente, miedo a serlo realmente, miedo a que Ella me quiera, a que yo no deje de quererla nunca, miedo a que el Cielo no sea, miedo a que el Infierno sea, miedo a elegir este último, miedo a las cadenas ligeras de Pereza, a no saber que hacer con mi vida, a ser llamado a algo grande y a desoír la llamada, a no ser capaz de aportar calor con mis brazos, a ser incapaz de sostener al amigo sobre mi hombro, a obsesionarme con mi Yo y no con su Yo, miedo a no cumplir las espectativas, a decepcionar, miedo al miedo y sus tenazas...

Creo que va siendo hora de encender la luz... ¡click!