16 enero, 2009

Garçom, uma caipirinha, por favor


Nada como viajar y ver mundo para darse cuenta de lo amplio y distinto que resulta todo. Ver el mundo, otros mundos, es algo que merece. Si bien es cierto que no soy muy de salir de casa (mentira cochina) aún puedo decir que lo que he viajado ha cundido. Primeramente si nos fijamos en mi pequeña travesía desde el otro lado del charco (me reservo esa historia para otra ocasión). Cambiar de país y de aires es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Como detalle entrañable (nunca se me olvidará) recuerdo que al llegar a España el cielo me pareció mucho más azul y los colores mucho más vivos que los que estaba acostumbrado a ver.

Viene bien de vez en cuando abandonar la rutina del hogar para ver caras nuevas y gente distinta (rara iba a decir, pero hay quien no gusta de esta expresión). Darse cuenta de que el resto de los mortales que habitamos esta tierra vivimos según nuestras propias costumbres. Aprender de esas costumbres es una afición muy recomendable.

No hay como viajar, si está en nuestra mano, a una cultura distinta. Uno crece como persona y tiene la ocasión de dejar su huella en personas que de otro modo no había llegado a tener esa oportunidad. Tal vez sea éste el espíritu de esa alianza de civilizaciones de la que tanto se habla (y que personalmente aborrezco en su modo de llevarse a cabo) aunque un poco con mis palabras. En fin, que si veis el contador de kilómetros un poco vacío ya va siendo hora de moverse.

Hace muy poco escuché una frase de un hombre dado al mar que me llamó la atención (si, me pareció muy bonita, aunque me cueste admitirlo). Aunque no es literal era algo así: cuando surcas el mar, ese inmenso océano que tienes ante ti, tan grande, tan amplio, te das cuenta de lo pequeños que resultan ser tus problemas.

Mucho ánimo a los que por estas fechas se enfrentan a los exámenes de febrero. A ver si después os entran las ganas de salir a dar una vuelta... al mundo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre tengo ganas de salir al mundo.
:) Suerte con tus exámenes, Javi.

Y después prepararemos una salida, aunque sea a un cercano desconocido.

Pablo dijo...

Me alegro de que te gustara el poema, subiré más, lo prometo.

¿El cielo más azul? El de Roma. Quién pudiera...
Estoy de acuerdo con Eterna.

Unknown dijo...

PARA ETERNA:
Gracias, por los ánimos.

Cercano desconocido... y al pequeño Truman le decían que todo estaba descubierto... mentirosos.

Unknown dijo...

PARA PABLO:
Será entonces que la coloración del cielo se debe a la cercanía del lugar a la Ciudad Eterna.

Yo lancé la moneda y aún espero a volver. A ver si esta vez acompañado.

R. dijo...

Siendo del grupo de amigos de Berta (que yo me informo :P) seguro que no te hagan falta muchas noches en vela para ser Genial.

Te agregue ayer por aqui :)

Unknown dijo...

PARA SOMEONE EXACTLY LIKE YOU:
Bueno, si, al final todo se pega.

Yo también te tengo agregada. Un blog muy chulo, por cierto. ^^

Isabel Colette dijo...

Qué recuerdos... ya hecho de menos muchos mares y muchos cielos.

Pero me apunto a conocer la Ciudad Eterna... No pienso ir en ningún viaje exprés, hasta que halla caminado con tranquilidad y atención, a mi ritmo, por sus calles.

Unknown dijo...

PARA THE JOLLY JOKER:
Yo también tengo entre mis asuntos pendientes el darme una vuelta por Roma con tranquilidad.

Ir a mil por hora con tu grupo entre una marabunta de turistas no es visitar la ciudad.