10 septiembre, 2008

Hoy es martes: Vodka negro


De vez en cuando suelo preocupar a los demás con una manía que tengo, aunque en realidad no sea para tanto. Cada cierto tiempo, en especial después de una temporada frenética (véase temporada como un lapso de tiempo acotado, no como una extensión de meses), acostumbro a sacar a relucir una parte de mí un tanto diferente. Cuando me piden cuentas de lo que he hecho durante esos "momentos negros" suelo echar mano de una frase recurrida y bastante falta de razonamiento:

- Nada, he tenido "un día de esos", mi lado oscuro salió a dar un paseo.

Lo sé, es una excusa mala. Hacer el idiota durante una tarde de verano tiene crimen. Hacer el idiota solo aún más. Pese a todo (se que no puedo protegerme tras una máscara oscura y desdibujada) cada día que pasa y, principalmente, cada vez que tengo uno de esos días la forma de ser de "mi lado oscuro" se perfila cada vez más. No os extrañéis, pero ya lo conocéis. Si, si, que se esconda en los días luminosos no quiere decir que se calle del todo. De vez en cuando abre un ojo, tal vez instigado al ver mis manos sobre el teclado. Parpadee suele llamarse a sí mismo, y tiene un genio bastante explosivo. Comentarios ácidos, puñaladas a destajo y mirada torba y sombría. Ha hablado un par de veces aquí, aprovechando mis momentos de debilidad. Podría decirse que es un tipo gracioso aunque pesado a más no poder. ¿Inicio de esquizofrenia? ¡Por favor!, si nos llevamos de maravilla.

- Si, es una relación de amor odio: a veces te quiero y a veces te quiero matar.

- ¡Ah, Dios! ¿Cuanto tiempo llevas ahí?

- Me pitaban los oídos así que salí a ver quien llamaba.

Este es Parpadee. No es precisamente lo que podríamos llamar el "lado malo" de mi persona. Nada más lejos de la realidad. Tanto de uno y otro lado hacemos ambos las mismas burradas. Aún así, él es capaz de hacer cosas que por lo general me alarmarían (aunque no me extrañarían). Por norma general soy algo inhibido y suelo pensarme mucho las cosas antes de tomar una decisión. Parpadee en cambio es algo más irreflexivo e impulsivo en sus acciones y claramente desinhibido del todo.

Estas situaciones suelen durar alrededor de un día o dos. No suelo quedar con nadie durante esos momentos, sino que intento pasar el día un poco alejado de todo y todos. Salir y perderme por las calles de la ciudad suele ser una opción.

Superando ya la barrera de la ficción literaria prefiero decir ahora que esta mala costumbre de hacer el tonto va a menos, así que tranquilos. El apoyo de los amigos y el esfuerzo personal cada vez van reemplazando esa cara siniestra por una sonrisa sincera. Si quiero exigir a los demás sinceridad debería empezar por limar mis dobleces, ¿no?

- Yo no diré nada. Sólo esperaré a que sea mi momento y...

- ¡Oh, cállate!

¡Un saludo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es increíble cómo de algo, inicialmente, oscuro, has conseguido hacer algo divertido. Este texto es realmente muy bueno, en serio.

" a veces te quiero, a veces te quiero matar"

esa me la guardo para el almacén de frases memorables.

Todos tenemos días oscuros, por eso debemos comprender los días oscuros de los demás, y si está en nuestra mano iluminarlos.

Unknown dijo...

Un servidor está para eso: para servir.

Cada día estoy más convencido de que si el mundo parece estar ensombrecido es por la propia sombra que proyectamos sobre él y nos oculta el sol.